LIGA LOTERÍAS: BEA PUERTAS
'LAS PERLAS DE ARI' - CAPÍTULO 4
Fotos: María Molina (1, 3 y 4) / RFEBM (2)
Reportaje: Ari Cañameras
La cuarta joya. Bea Puertas tiene 19 años y nació en Málaga, el año pasado sufrió la maldita lesión de ligamento cruzado. Se recuperó a toda velocidad, llegó al Europeo para formar parte del combinado júnior y ahora es cuando está mostrando su mejor versión dirigiendo al Clínicas Rincón. 30 goles en 10 encuentros, los tantos no son lo importante en el juego de Puertas. La central tiene una visión de juego asombrosa que le convierte es una de las mejores asistentes de la competición.
La madurez del balonmano expresada en forma de arte. Bea Puertas es, mentalmente, mucho mayor de lo que parece, y sigue sin perder los rasgos andaluces que tanto le definen. Ella empezó practicando atletismo, pero estaba “harta” de correr y se decidió por el balonmano, donde conoció “buena gente” y se fue creando el vínculo. “Me encanta… lo es todo: el deporte, las compañeras, el saber convivir. No es solo jugar, sino todo lo que lo rodea”. Bea es la única de su familia que se dedica al balonmano: ninguno de sus hermanos practica este deporte. Asegura que sus padres “siempre han estado muy orgullosos” de ella, y cuando empezó jugar con combinados importantes “se lió la traca”.
“Justo cuando llegó el momento de las selecciones territoriales empecé a ver que esto iba en serio”.
Con la selección andaluza, Bea ya iba creciendo y madurando como jugadora, y poco a poco descubrió que “podría llegar a ser deportista de élite”. Hasta que llegó el día en que la llamó la selección española, cuando sólo era una infantil: “me quise morir… Estaba muy nerviosa… Fui conociendo a gente de muchos sitios distintos y, poco a poco, cogí confianza con las jugadoras que tenía al lado y me lo acabé pasando muy bien”. Otro pasito importante en la carrera de Bea fue cuando debutó en la División de Honor Femenina con el Adesal Córdoba. “Me sorprendí muchísimo, porque yo seguía en mi club jugando en primera andaluza y sólo era juvenil”. Bea se arriesgó y se marchó, aunque no muy lejos de casa… “Y aquí sigo, luchando al máximo nivel”. Más tarde volvió a su ciudad, a Málaga, cuando el equipo subió de categoría: “conozco a Diego Carrasco desde que soy chiquitita y tener a un equipo de casa en la máxima competición es de agradecer”. Carrasco, su actual técnico en el Clínicas Rincón BM Málaga Costa del Sol la define con un único adjetivo: crack. “Bea es todo corazón, y es una de las jóvenes nacionales con más proyección de futuro”, reafirma. La ilusión de Bea es “seguir a este nivel y jugar en DHF todo lo que pueda, y a partir de ahí lo que llegue será bienvenido”.
“¿Mejor recuerdo? Tengo muchos en cada etapa, no puedo elegir: cada uno de ellos son los que me han hecho madurar y crecer”. Lo peor del balonmano, dice, fue su lesión, que le afectó más psicológicamente que físicamente… “pero intento borrarlo y seguir adelante”. Bea es consciente de todo lo que ha logrado y lo que le hace grande: le pone salsa a todo lo que hace, pero no olvida quién es. Ni lo que le ha hecho crecer.
Con la selección andaluza, Bea ya iba creciendo y madurando como jugadora, y poco a poco descubrió que “podría llegar a ser deportista de élite”. Hasta que llegó el día en que la llamó la selección española, cuando sólo era una infantil: “me quise morir… Estaba muy nerviosa… Fui conociendo a gente de muchos sitios distintos y, poco a poco, cogí confianza con las jugadoras que tenía al lado y me lo acabé pasando muy bien”. Otro pasito importante en la carrera de Bea fue cuando debutó en la División de Honor Femenina con el Adesal Córdoba. “Me sorprendí muchísimo, porque yo seguía en mi club jugando en primera andaluza y sólo era juvenil”. Bea se arriesgó y se marchó, aunque no muy lejos de casa… “Y aquí sigo, luchando al máximo nivel”. Más tarde volvió a su ciudad, a Málaga, cuando el equipo subió de categoría: “conozco a Diego Carrasco desde que soy chiquitita y tener a un equipo de casa en la máxima competición es de agradecer”. Carrasco, su actual técnico en el Clínicas Rincón BM Málaga Costa del Sol la define con un único adjetivo: crack. “Bea es todo corazón, y es una de las jóvenes nacionales con más proyección de futuro”, reafirma. La ilusión de Bea es “seguir a este nivel y jugar en DHF todo lo que pueda, y a partir de ahí lo que llegue será bienvenido”.
“¿Mejor recuerdo? Tengo muchos en cada etapa, no puedo elegir: cada uno de ellos son los que me han hecho madurar y crecer”. Lo peor del balonmano, dice, fue su lesión, que le afectó más psicológicamente que físicamente… “pero intento borrarlo y seguir adelante”. Bea es consciente de todo lo que ha logrado y lo que le hace grande: le pone salsa a todo lo que hace, pero no olvida quién es. Ni lo que le ha hecho crecer.
PERFIL TÁCTICO
(Diego Carrasco - Entrenador Clínicas Rincón)
La intensidad que ella se marca a sí misma es bastante fuerte y ahí se demuestra su capacidad como jugadora. Es polivalente en muchos puestos: puede ocupar cualquier demarcación de la primera línea y desempeña muy bien ese papel. Defensivamente también tiene un gran nivel. Es una jugadora muy completa e intentaremos retenerla lo máximo posible aquí en Málaga.
El ConfesionARIo
Un referente del balonmano: Macarena Aguilar
Un referente de la vida: Mi madre, estoy muy orgullosa de ella
Una comida: Lentejas
Una película: ‘Un ciudadano ejemplar’
Una serie: ‘Juego de tronos’
Un libro: ‘Juego de tronos’, George R. R. Martin
Una canción: ‘Diamonds’ de Rihanna
Un grupo/cantante: Rihanna
Un lugar: Málaga, siempre
Tu mejor virtud: Me considero buena compañera
Tu peor defecto: A veces no sé controlar mi carácter
Un sueño: Llegar a la selección española absoluta y jugar todo lo posible
Un consejo: Luchar minuto a minuto y nunca venirse abajo, pase lo que pase
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