DIVISIÓN DE HONOR
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Foto: Manolo Doiro
El nombre propio de este fin de semana es Abel Estévez. Como todos sabéis es el entrenador del BM Porriño, actual quinto clasificado en la División de Honor, pero también es el técnico del equipo juvenil femenino de Poriño. Han sido tres días muy complicados ya que se han disputado los sectores del Campeonato de España en dicha categoría, pero la Liga no ha parado. El sábado todo el balonmano gallego estaba pendiente del derbi ante el Mecalia Guardés, pero él no ha querido descuidar ese preciado tesoro llamado cantera.
La cronología de sus últimas 48 horas impresiona. Poco menos que una gesta con un final plagado de felicidad, el viernes muy temprano comenzó su odisea y viajó hasta Valladolid para dirigir el partido inaugural del sector que se jugó en tierras vallisoletanas. El primer trayecto de 421,5 km supo mejor con el triunfo del Porriño sobre el Aceuchal (28-17), tras el encuentro había que preparar el vídeo para el día siguiente y volver a Galicia. Acompañado de su mujer, completó otros 421,5 kilómetros y llegó a las 8 de la mañana del sábado. Sí, habéis leido bien -es lo que tiene salir a las cuatro de la madrugada-. Sin apenas dormir, recibió al Guardés en casa el sábado, a las 16:30 horas y trasmitido por la RTVG. Triunfo sin paliativos de las anfitrionas, un tiempo muerto en la primera mitad fue decisivo para voltear la dinámica y conseguir dos puntos muy relevantes para seguir soñando con Europa. Al poco tiempo de finalizar el choque correspondiente a la jornada 23 de DHF, se volvió a montar en su coche para retornar a Valladolid. Obviamente, no llegó a tiempo para dirigir el partido que las juveniles perdieron ante Puertosol (15-16).
Llegó el domingo. Solo valía la victoria para que el BM Porriño juvenil femenino estuviese presente en la Fase Final del Campeonato de España de clubes en mayo. El rival era el más complicado, el anfitrión, el Aula Cultural. Pero ni Abel ni las chicas fallaron, conquistaron el Cristóbal Colón y lograron la machada (25-30) para ser -por golaverage- una de las ocho mejores escuadras de España.
A estas horas (18:30 horas), Abel Estévez sigue en carretera. En un par de horas llegará a casa después de haber recorrido 1686 kilómetros para no dejar solas a ninguna de sus jugadoras, ni pequeñas ni mayores. Un desgaste físico y psíquico que no todos, o casi nadie, hubieran hecho. Es una persona que no busca protagonismo nunca, un trabajador nato, un apasionado de este deporte que hoy es el nombre propio del balonmano femenino español. Abel Estévez, el hombre de los 1686 kilómteros y el triunfador absoluto del fin de semana.
Digno de mención lo que ha hecho!! Chapeau!!
ResponderEliminarSi hay alguna muestra con la que explicar a alguien lo que es implicación por un club y un deporte es lo que hace este caballero del balonmano. Un ejemplo a seguir
ResponderEliminarSin duda, un entrenador implicado con la cantera y con su club.
ResponderEliminarEn el otro club gallego en DHF, el cuerpo técnico aún teniendo dedicación exclusiva no muestra interés por la cantera. Esto en el futuro más inmediato pasará factura y no siempre se podrá formar un equipo con jugadoras de otras comunidades o bien de otras nacionalidades.
La directiva del club tendrá que reflexionar ahora y saber hasta donde quiere llegar en el futuro