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Fotos: handlfh / Fleury / Aida Viloria
Nació en Martorell, va a cumplir 19 años el próximo 5 de febrero y entrena, desde hace casi dos, con el Fleury francés en su Centro de Alto Rendimiento. AIDA VILORIA representa el ahora y, sobre todo, el mañana. Una lateral diestra de futuro que se forja bajo un modus operandi de élite. La LFH está a otro nivel, en la actualidad es una de las competiciones de clubes más potentes del continente. Aquello es otro mundo,
Aida lleva casi 20 meses en latitudes galas y la evolución es notable. “He mejorado mucho sobre todo físicamente ya que he ganado masa muscular, pero también en la técnica”, dice la catalana de 181 centímetros. Llegó a Francia con 66 o 67 kilos de peso, ahora está rondando los 74. Ha ganado masa muscular. Pero, su humildad es el rasgo más esperanzador de cara al futuro: “todavía me queda mucho por mejorar”.
“Estamos en el Centro las jóvenes, más o menos de 18 a 21 años y cada una tiene su casa, que está al lado de las pistas de entrenamiento”. El sacrificio está a la orden del día, las jornadas son duras para Viloria porque compagina los entrenamientos con los estudios y con el tiempo de ocio que una chica de su edad necesita. Se levanta muy pronto porque a las 7:30 tiene musculación en el gimnasio, tres días a la semana entre 30 y 45 minutos. Luego a clase. Por la tarde entrenan todos los días durante un tiempo que varía entre los 90 y los 120 minutos, así que hace un total de ocho sesiones semanales. En DHF, hay equipos que completan como mucho cuatro sesiones semanales. Aida profundiza, “también tenemos sesiones de vídeo. Tenemos dos entrenadores más el director de centro de formación y dos días a la semana hacemos táctica individual de puestos específicos”.
Otro nivel.
El mimo del balonmano francés hacia su cantera es así en los grandes clubes que, además, cuentan con sus estrellas como aliciente para las jugadoras en formación. Aida juega en N1 –tercera categoría del balonmano femenino galo- pero pudo debutar con la primera plantilla ante el Metz… “Pensaba que iba a estar más nerviosa pero no, para nosotras fue un premio”. Aida y sus compañeras realizan la pretemporada con el primer equipo, también la ‘minipretemporada’ en Navidades es conjunta así que es fácil averiguar quién es su referencia. Cuando le preguntas por sus jugadoras preferidas, no duda: “es Shandy Barbosa, tanto dentro como fuera de la pista. Es una persona increíble, he tenido la suerte de conocerla y de estar con ella y me ha sorprendido muchísimo”, responde con admiración.
“Lo que más me llamó la atención fue la intensidad y la calidad de los entrenamientos y de los entrenadores”, habla de la seriedad que envuelve todo y de la profesionalidad en todos los ámbitos. Ese el eje de su balance, son muchos detalles que diferencian una estructura de otras. La pregunta del millón para Viloria era evidente: ¿quieres volver a España? Y la respuesta no fue ninguna sorpresa: “Noooo (…) Para mí, volver a España sería un poco decepción”.
No descuida los estudios, para ella son importantes y espera poder estudiar una carrera relacionada con el deporte.
Un entrenador que le conoce muy bien, José Luis Villanueva (KH7 Granollers), me cuenta que "la explosión de su verdadero potencial llegará próximamente. Está tratando de pulir todos los aspectos básicos que impliquen su mejora y confío en que será una jugadora completa capaz de aportar en todas las facetas del juego". El deporte es su vida y, si eres deportista, siempre aspiras a la selección. Ha vuelto al combinado nacional, fue internacional en categoría promesas y ahora Sagrario Santana le ha convocado para ver sus evoluciones. Ha estado muy cómoda con las #GuerrerasJúnior durante esta concentración en Madrid: “me hizo mucha ilusión y estaba muy contenta, tenía ganas de venir”. Llevaba tiempo sin entrenar pero paulatinamente se ha ido acoplando al grupo, “espero estar en las próximas concentraciones y jugar el 4 Naciones (…) Poder vivir un Mundial sería –piensa- un sueño”. Y los sueños, a veces, cuando los persigues con confianza, se cumplen.
Aficionadillo y recién llegado a esto que soy, me pregunto si existen relaciones entre federaciones de distintos deportes en España. No sé, es bien conocido el caso del Segle XXI con el basket femenino, una «cantera universal» de formación quese asemeja a lo que Viloria cuenta que vive en Francia. No me creo que no puedan haber puntos en común ni reuniones –o simple comunicación– interfederativa. Ya sé que hacer de su capa un sayo y que nos echen un galgo es moneda común por estos pagos, pero tampoco se le pide a nadie que invente la rueda. En fin.
ResponderEliminarEn otro sentido, ojo a la alabanzas al deporte francés, y no porque no destinen un dineral en formación, sino a ver cómo lo enfocan. Los famosos Insep de basket sacan unos atletas de primerísimo orden... con unas carencias técnicas –e incluso de táctica individual; esto es, la técnica aplicada al juego– y de conocimiento de juego bestiales. Claro, cuando las ventajas físicas se aplacan, alarma roja. Ahora que ha regresado Krumbholz lo mismo la Francia de féminas vuelve a jugar a algo, porque en las últimas citas postolímpicas jugaban a ser la selección más física y nada más, tendencia que puede ser perfectamente espejo de lo que se ve en categorías inferiores.
O sea, que Francia es un espejo donde mirarse, pero no el Paraíso Terrenal. Ya puestos, intentaría procurarme conocer las costumbres de países como Dinamarca y Hungría o Noruega con sus canteras, porque combinan físicos potentes –pero no tan exagerados como Rusia o Francia– con un juego combinativo interesante, amén de una mejoría a nivel general, como se puede atestiguar en Nerea Pena en su periplo magiar, que más allá de su propio talento y trabajo, se ve que existe un plan para adaptar sus potencialidades al equipo, logrando disponer de una jugadora con matices que en 2012, antes de su primera lesión, muchos ni soñábamos que tuviera.
Bueno, ahí queda la idea.